martes, 18 de noviembre de 2008

Introducción Espíritu Santo - La Persona













¿Cómo?, ¿Una persona?, Muchos se preguntarán cómo puede el Espíritu Santo ser Dios y persona al mismo tiempo, a lo que contestamos que Dios está compuesto por tres “personas divinas”, es a saber, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Resulta ser una experiencia fascinante, el poder escribir en este libro de limitadas páginas, “toda” la verdad acerca del Espíritu, sus atributos, sus manifestaciones y su influencia en las vidas de los hombres y en el ministerio mismo del Dios-Hombre, Jesucristo.

De nada podemos presumir al hablar sobre el Espíritu, ya que no manejamos absolutamente ninguna información que él no nos haya dado primero de sí mismo, tanto en las Sagradas Escrituras (principalmente), como en la vida espiritual diaria. Entender las profundidades del Espíritu y navegar por el mar de sus bondades, es un derecho y una obligación de cada creyente y en especial del ministro cristiano.

Cabe señalar que cada actividad del Espíritu, está indivisiblemente relacionada con el actuar de la Trinidad, aunque procuremos en este estudio aislar la conducta del Espíritu, no debemos pensar en él como una persona completamente independiente de las otras dos.

Resulta interesante el hecho que cuanto más nos aproximamos a contemplar y analizar la personalidad del Espíritu, más nos damos cuenta de nuestro pálido carácter cristiano, tan necesitado de los valores y principios celestiales. Normalmente estamos tan enfrascados en nuestra realidad limitada y terrena, que al correr estas páginas nos encontramos con un inagotable horizonte espiritual que nos sacude y nos sorprende gratamente.

El análisis de los ocho capítulos de esta obra, bien se asemejan a la visión de la escalera que tuvo Jacob, la que subía hasta el cielo, y en la cima estaba Dios Gn. 28:12-17, pues cada capítulo nos hace avanzar en el conocimiento y nos permiten tener un reencuentro con nuestro Señor, mediante estas verdades universales y eternas, de la amada persona del Espíritu Santo.

Espíritu Santo - La Persona

Como ya sabemos El Espíritu Santo, junto al Padre y al Hijo conforman un “Dios Trino”, Todopoderoso y Supremo. 1ª Juan 5:7.

El Espíritu Santo, es una persona y no una extraña fuerza o poder eléctrico,. Tampoco podemos enmarcarlo en un cuerpo físico limitado puesto que él es Espíritu. Con relación a su persona siempre se le indica con el pronombre personal masculino “él”, aunque el término espíritu es neutro.

Juan 16:13-14; Hechos 13:2. El Espíritu Santo posee atributos divinos y es identificado en el mismo nivel del Padre y del Hijo en la fórmula bautismal Mateo 28:19, y en la salutación paulina a los Corintios: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, la comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros, amen”. 2ª Co. 13:14.

Desde el principio de la humanidad el Espíritu Santo se ha manifestado a los hombres, lo que continúa sucediendo a través de los siglos. Entonces, ¿Cuáles son sus propósitos y funciones principales con que actúa?. Debemos analizar su desempeño en el transcurso de la historia. En el Antiguo Testamento la presencia del Espíritu Santo no era permanente, dentro del hombre usado por Dios, generalmente se usa en las escrituras el término “El Espíritu de Dios vino” Is. 10:10, dando a entender que era una manifestación que ocurría vez tras vez cuando el hombre de Dios era usado. En el Nuevo Testamento el Espíritu hace morada permanente dentro del creyente, como veremos más explícitamente en el capítulo ocho. Juan 14:17.

“El Antiguo Testamento muestra al Espíritu Santo como el agente activo de la Deidad, capacitando a los hombres a llevar a cabo los propósitos de Dios. Es visto como el inspirador de líderes, profetas y obreros. Descendió sobre sacerdotes, profetas y dirigentes, para brindarles poder divino para sus funciones” 1

El ESPIRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

a) En la Creación del Mundo: El Espíritu Santo obró en conjunto en la creación.

“y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Gn. 1:2.

1 Melvin L. Hodges, “El Espíritu Santo y el evangelismo universal”, Pág. 11 - 12

“ En el primer capítulo de la Biblia aparece el Espíritu como aleteando sobre las caóticas aguas del mundo prehistórico. El último capítulo de Apocalipsis describe ungiendo a los hombres a que acepten el don gratuito del agua de la vida.” 1

b) En la Creación del Hombre. En el hálito de vida del Hombre. Adán fue el único entre los seres de la tierra creado, a la imagen y semejanza de Dios. Con razón, con imaginación creativa e inteligencia superior que le capacitaba para conocer, amar y comunicarse.

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Gn. 2:7.

c) En la creación de los animales. También en la vida de los animales y la tierra.

“Escondes tu rostro, se turban; les quitas el hálito, dejan de ser, y se vuelven al polvo. Envías tu Espíritu son creados, y renuevas la faz de la tierra” Sal. 104:29-30

d) En proezas. Dios capacitó a ciertos varones para tareas especiales, entre ellos observamos a:

- Bezaleel, hijo de Uri, varón lleno de sabiduría e inteligencia, de ciencia y capacidad artística, para inventar y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera... Ex. 31:1-5

- Aholiab, hijo de Ahisamac, ungido por el Espíritu Santo con sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón para trabajar en el Tabernáculo.

- Gedeón, fue comisionado por Dios para librar a su pueblo de las invasiones madianitas, poniéndolo por juez de Israel. “ Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón...” Jue. 6:34

- David, hijo de Isaí, de la tribu de Judá. Dios lo ungió rey sobre las doce tribus de Israel, tras el fracaso del rey Saúl. David es tal vez el mayor exponente del trato de Dios con el hombre del Antiguo Testamento, alcanzando una gran madurez y profundidad espiritual, lo que se ve reflejado en el éxito de sus campañas militares, en su reinado, su inspiración musical y en la escritura de muchos salmos.

1. Melvin L. Hodges, “El Espíritu Santo y el evangelismo universal”, Pág. 9

EL ESPIRITU SANTO EN EL NUEVO TESTAMENTO.

La presencia mayor del Espíritu de gracia en el Nuevo Testamento, fue anunciada por el profeta Joel: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos, y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días”. Joel 2:28-29.

El derramamiento masivo del Espíritu comenzó a ser recibido por los ciento veinte fieles que se encontraban en el aposento alto en el día de Pentecostés,

“... y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados, y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego asentándose sobre cada uno de ellos, y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”. Hechos 2:2-4. Marcando así el nacimiento formal de la Iglesia de Jesucristo. en la tierra.

El Espíritu Santo continuó manifestándose poderosamente durante la iglesia primitiva. Esta lluvia de gracia seguía cayendo y dejando como resultado la conversión de miles de hombres a Cristo. Por lo que la Iglesia se multiplicaba cada día más y glorificaba al Señor por doquier, “Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas” Hechos 2:41. “Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil” Hechos 4:4, y aún los gentiles eran salvos por la predicación del evangelio Hechos 10:44-48. Además el Espíritu Santo administraba la iglesia en conjunto con los Apóstoles Hechos 13:2, brindándoles sabiduría, gracia y poder.

El gran ministerio del Espíritu Santo es convencer al mundo de pecado, justicia y juicio Juan 16:8-11. Regenerar al hombre interiormente, lo cual es llamado el “nuevo nacimiento” Juan 3:5-8 (ver capítulo 8).

Era normal en la iglesia primitiva que los Apóstoles y Ancianos tomaran sus decisiones en conjunto con el Espíritu de Dios, lo que no sólo es admirable, sino, que es una pauta y clara evidencia de la disposición divina por dirigirnos en el camino de su perfecta voluntad “Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado” Hechos 13:2.

No es mera casualidad que la vida y ministerios de los siervos de Dios que han logrado una comunión personal y profunda con el Señor sean respaldados con gran poder en la predicación del evangelio, alcanzando a las grandes masas para Cristo, ministrando además sanidad, liberación de demonios y milagros.


LOS ATRIBUTOS DIVINOS Y PERSONALES DEL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu Santo posee atributos divinos y personales, que se desglosan de la siguiente manera:

1. Atributos Divinos

a) Omnipresencia: El Espíritu Santo como Deidad, puede estar en todas partes a la vez. Salmo 139:7-10

Dios está presente en todo lugar, pero no en el sentido panteísta (que todo es Dios) como lo presentan los hindúes, sino, distinguible de su creación. Dios no se haya limitado a su propio universo creado “los cielos de los cielos de los cielos no pueden contenerle” 1 R. 8:27. Las criaturas no son parte de la divinidad, sino seres distintos a Él, tanto visibles como invisibles. La omnipresencia de Dios hace que no podamos nunca hallarnos lejos de él. Hch. 17:28 La jurisdicción divina es ilimitada y permanente, al contrario de lo señalado acerca de las divinidades paganas.

b) Omnipotencia: Su poder es ilimitado e interactúa en conjunto con el Padre y el Hijo. Es el poder ejecutivo de la Deidad. Lucas 1:35

La omnipotencia divina es real y práctica, la vemos desplegada tanto en el cielo, como a lo largo de toda la historia humana. No debemos pensar que todo lo que ocurre es resultado directo de la acción divina, pues el Señor ha dejado un margen de participación a los hombres, el que se conoce como “libre albedrío”. El Espíritu divino ha bendecido las vidas de los hombres desde Adán hasta la fecha, y su poderoso accionar estará vigente por toda la eternidad.

c) Omnisciencia: Todo lo conoce, no necesita que nadie le enseñe o informe de algo o alguien. 1 Co. 2:10-11.

Dios, en virtud de su existencia eterna y saber ilimitado, conoce el porvenir al igual que el pasado Sal. 139:16. No se trata de un simple conocimiento teórico, como si Dios fuera un espectador pasivo de lo que sucede frente a él, sino que conoce a cabalidad a sus criaturas y discierne incluso los pensamientos y motivaciones más ocultos y disfrazados que el hombre pueda tener. Dios es un activo protagonista en el desarrollo de la historia universal.

d) Eterno: Quiere decir que no tiene principio ni fin, no está limitado por el tiempo ni por el espacio.

El Espíritu de Dios existe desde siempre, al igual que el Padre y el Hijo, y existirán eternamente. Las nociones del tiempo humano no afectan a Dios 2ª Pedro 3:8, es más, nuestros tiempos están en las manos divinas y es a través del curso de los años que él manifiesta su obra. Sal. 31:16; Hab. 3:2.

2. Atributos Personales

a) Posee Intelecto: Ro. 8:27

“Más el que escudriña los corazones sabe cual es la intención del Espíritu porque la voluntad de Dios intercede por los santos”

b) Voluntad: 1 Co. 12:11

“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu repartiendo a cada uno en particular como él quiere”.

c) Sensibilidad: Efesios 4:30

“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”

ACTIVIDADES PERSONALES DEL ESPÍRITU SANTO

1.- Revela: 2 Pedro 1:21 “Por que nunca la profecía fue traída por voluntad humana sino porque los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo, reveló a los escritores bíblicos (canónicos) la verdad de Dios el plan de salvación, que luego quedaron registradas en las Sagradas Escrituras. El hombre no puede por si mismo conocer a Dios como su Señor y Salvador, es por eso que necesita la ayuda del Espíritu Santo. Sólo de esta forma conocerá cabalmente su propia naturaleza humana, y su posición como pecador penitente que necesita de la acción redentora de Jesús.

2.- Enseña: Juan 14:26 “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.

El Espíritu es para la Iglesia de todos los tiempos su mejor enseñador, es quien ilumina las verdades reveladas en la Biblia. Dios nos bendijo con este formidable maestro quien descorre el velo de nuestra ignorancia espiritual y nos lleva por el camino de la verdad y de la vida que es Cristo. Sin lugar a dudas, sin la actividad docente del Espíritu, resultaría imposible a la iglesia formar nuevos discípulos.

3.- Atestigua (clama): Gálatas 4:6 “Y por cuanto sois hijos, Dios envío a vuestros corazones el Espíritu de su hijo, el cual clama: !Abba, Padre¡”

Para el hombre le resulta natural el comunicarse en un ambiente material y terreno, pero cuando hablamos de hablar con Dios, de expresar no sólo palabras, sino también sentimientos, propósitos y motivaciones. Nos resulta estrictamente necesario contar con un interlocutor válido que nos interprete correctamente, nos guíe, nos anime y a la vez conozca la mente del Padre.

Podemos sentirnos muy felices con nuestro Padre Celestial, quien nos dio su Espíritu, que nos ayuda a orar, permitiendo que nuestro clamor sea provechoso y eficaz.

4.- Intercede: Romanos 8:26 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.

5.- Habla: Apocalipsis 2:7ª. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias...”

Constantemente el pueblo de Dios trabaja laboriosamente por alcanzar los objetivos evangelísticos y misioneros, desarrollando programas de estudio o empeñado en la construcción de una mejor infraestructura eclesiástica. Todo esto es de gran valor, sin embargo, es imprescindible tomarse el tiempo de callar, y poder oír lo que el Espíritu nos quiere decir acerca de todas estas actividades. Cuantos errores habríamos evitado si cultiváramos la buena costumbre de escuchar la voz de Dios.

6.- Ordena: Hechos 16:6-7 “Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se los permitió”.

Es asombroso el grado de comunión y obediencia que tenía el Apóstol Pablo y su equipo misionero con la persona del Espíritu Santo, tanto así que el apóstol recibe el mandato del Espíritu de no viajar a la provincia de Asia, sino más bien ir a Macedonia. Que hermoso ejemplo para nuestras vidas, que nos enseña a obedecer la voz directiva del Espíritu, quien nos comunica la voluntad perfecta de Dios para nuestras vidas.

7.- Testifica: Juan 15:26 “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”.

ESQUEMA ILUSTRATIVO DE LA TRINIDAD

EL PADRE



DIOS


JESUCRISTO ESPIRITU SANTO

Concepto Bíblico Monoteísta: Dios es la unidad compuesta por tres personas divinas = Dios trino ( ELOHIM en hebreo )

ESPÍRITU SANTO

NOMBRES

SIMBOLOS

Espíritu de Dios

Espíritu Santo

Espíritu de verdad

Espíritu de Gracia

Espíritu de Cristo

Espíritu de Vida

Espíritu de Adopción

Espíritu Santo de la Promesa

Consolador

Paloma

Aceite

Fuego

Viento

Agua

Sello

Arras

DONES

DONES DE SERVICIO

Palabra de Sabiduría

Palabra de Ciencia

Discernimiento de Espíritus

Fe

Milagros

Dones de Sanidades

Profecía

Géneros de Lenguas

Profecía (profetizar)

Servicio

Enseñanza

Exhortación

Repartir

Presidir

Misericordia

FRUTO

ACTIVIDADES PERSONALES

Amor

Gozo

Paz

Paciencia

Benignidad

Bondad

Fe

Mansedumbre

Templanza

Revela

Enseña

Atestigua

Intercede

Habla

Ordena

Testifica



ATRIBUTOS DIVINOS

ATRIBUTOS PERSONALES

Omnipresente

Omnipotente

Omnisciente

Inteligente

Sensible

Posee Voluntad

PECADOS QUE PUEDEN SER COMETIDOS

CONTRA EL ESPIRITU SANTO


Contristar

Mentir

Apagar

Resistir

Blasfemar





Nombres del Espíritu Santo







Podemos conocer con mayor profundidad a la persona del Espíritu Santo estudiando sus diferentes nombres, los cuales nos dan a entender sus roles y su naturaleza.

Consideremos los siguientes

a) Espíritu de Dios: Es mencionado con este nombre que destaca su naturaleza divina, además él viene al hombre en el nombre y voluntad de Dios el Padre y actúa en la ejecución de los planes divinos. Lo vemos en el nacimiento de Jesucristo, cuando el poder del Altísimo cubrió con su sombra a la virgen para que por medio del Espíritu concibiera y diera a luz al Salvador, el Mesías prometido.

Lucas lo llama el Dedo de Dios Lc.11:20, debido a que es el poder ejecutivo de la Deidad el cual se desarrolla en las esferas físicas como en las morales, Ro. 8:9, Gn. 1:2; 41:38, Ex. 31:3, 1 Samuel 10:10; 11:6, Job. 33:4.

b) Espíritu Santo: Se le llama de esta manera porque él es quien nos santifica, nos regenera y nos guía a toda verdad y justicia, a fin de que lleguemos a ser santos como nuestro Padre Celestial lo es también. Ef. 4:12, Tito 3:5y, 1 Pedro 1:16.

No es correcto pensar, que con nuestros propios esfuerzos y buenas intenciones podemos lograr perfecta (plena) santidad en nuestras vidas, sólo la obra del Espíritu Santo logra santificarnos verdaderamente.

c) Espíritu de Verdad: También es el Espíritu de Verdad como lo declara el evangelio de Juan. Al cual el mundo no puede recibir (sin arrepentirse primero), porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros. Juan 14:17; 16:13-14.

El Espíritu de Verdad es el que nos reveló la maravillosa Palabra de Dios, esta verdad divina y profética que permanece para siempre y que trae luz y esperanza a nuestras vidas.

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacen bien en estar atentos como una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día aclare y el lucero de la mañana salga en sus corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. 2 Pedro 1:19-21 (traducción del autor).

d) Espíritu de Gracia: La carta a los Hebreos arroja luz acerca del Espíritu de Gracia advirtiéndonos que no debemos afrentarlo pues es Santo y da gracia al hombre para que se arrepienta y se salve al creer en Jesucristo. “¿Cuánto mayor castigo piensan que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de Gracia” He. 10:29.

e) Espíritu de Cristo: El Espíritu Santo no se dirige o se comisiona a sí mismo, sino que es enviado por el Padre en el nombre de Cristo, para enseñarnos y recordarnos todas sus palabras. Juan 14:26.

La presencia del Espíritu de Cristo en el hombre da fiel testimonio de que éste pertenece a Dios. “Mas ustedes no viven según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo no es de él.. Ro. 8:9 (traducción del autor). También es llamado el Espíritu de Cristo porque su misión especial es glorificar a Cristo. Juan 16:14:15

f) Espíritu de Vida: Este nombre refleja que él es dador y preservador de vida, Pablo señala en su carta a los Romanos: “Porque la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”. Ro. 8:2.

El Espíritu es agente intrínseco de vida, su actividad es registrada en la Biblia desde la creación - aunque ya existía su influencia vital antes de este evento, y a través del curso del relato Vétero y Neo Testamentario. La actividad generadora de vida del Espíritu, es integral, es decir, incluye vida y salud física y espiritual. Podemos afirmar confiadamente que el Espíritu es el sustentador de toda existencia.

g) Espíritu de Adopción: El cual nos adopta y nos hace hijos de Dios por la fe puesta en nuestro Salvador.

“Pues no habéis recibido el Espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción por el cual clamamos “Abba Padre”. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. Ro. 8:15-16.

No existe otra forma de ingresar a la “familia” de Dios, que no sea a través del Nuevo Nacimiento (Regeneración). El creyente es “inscrito” en el libro de la Vida y posee el derecho de ser hijo de Dios, no sólo criatura del Señor, sino, su hijo, con el beneficio de vida y herencia eternas.

h) Espíritu Santo de la Promesa: El Espíritu Santo es llamado de esa forma porque el recibimiento de su persona y de su poder es una de las promesas más importantes del Antiguo Testamento. Dios en muchas ocasiones y por muchos de sus siervos anunció la venida de su Santo Espíritu el que tendría una relevancia y cobertura mundial. Joel 2:28; Ez. 26:37; Lc. 24:49.

“ Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” Gal. 3:14

i) El Consolador: El Espíritu Santo es el “otro” Consolador que Cristo prometió para su iglesia Juan 14:16. Jesús es hoy nuestro Paracleto o Abogado en el cielo e intercede por nosotros al Padre, el Espíritu Santo es nuestro segundo Paracleto, que también intercede por nosotros con gemidos indecibles y está entre los creyentes para siempre con el fin de guiarlos, santificarlos, bendecirlos y mantenerlos en el camino correcto de salvación.

Paul Yonggi Cho Comenta: “Paracleto” o “Consolador”, es una palabra que tiene sus raíces en dos vocablos griegos que significan “junto a uno” y “llamar”, etimológicamente, esta palabra se originó en los tribunales de justicia. Cuando el acusador presionaba fuertemente a un acusado, y éste no sabía como defenderse” 1. Dando la idea que si lograba encontrar algún amigo influyente, le pidiera auxilio con el fin de ser debidamente defendido por el ilustre personaje. Desde ese momento este amigo permanecía en pie junto al acusado como Paracleto, y le ayudaba a ganar el juicio.

Símbolos del Espíritu Santo













La Paloma: El Espíritu es simbolizado en la Biblia como una paloma, por ejemplo en el bautismo de Jesús en el Jordán, “... y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él”. Mateo 3:16.

Hasta hoy la paloma es símbolo de paz y pureza, y generalmente la relacionamos de color blanco que añade fuerza al mismo significado. El Espíritu es puro y santo, como la “paloma celestial”. Podemos ver que el libro de Cantar de los Cantares menciona la paloma al referirse a la belleza y dulzura de su amada. Cnt. 1:15; 2:14; 5:12. Si bien es cierto la paloma tiene un simbolismo único con el Espíritu divino podemos encontrar estudiando a la paloma, un rico material de aplicaciones que puede ser usado para ilustrar algunas verdades acerca del Espíritu, por ejemplo:

La Paloma vuela con la mirada fija hacia un solo lugar al que apunta como su objetivo principal, sin desperdiciar atención ni energías en los múltiples detalles que la rodean, así también el Espíritu guía al creyente a fijar su mirada en Cristo Jesús y no caminar de acuerdo a las cambiantes circunstancias del momento.

La Paloma no tiene hiel, órgano que extrae el veneno de los alimentos y que en la Sagradas escrituras es símbolo de la amargura, por tanto podemos aplicar esta verdad que el Espíritu no trae amargura a los que lo reciben, ni guarda raíces de amargura en su corazón, tampoco debemos guardarla nosotros.


El Aceite: Al igual que el aceite, el Espíritu Santo ilumina, nutre y fortalece. En el Antiguo Testamento el aceite fue usado en la preparación de la santa unción, teniendo una fórmula especial dada por Dios la que combinaba el aceite con otros elementos aromáticos, tales como: mirra, canela aromática, cálamo aromático, y casia Ex.30:23-25. Se aplicaba para ungir a los sacerdotes como fue el caso de Aarón y sus hijos Ex. 30:30; Lev. 8:12 y también a los reyes como por ejemplo Saúl y David entre otros. En el tabernáculo era usado como combustible para las lámparas del candelabro de oro. Ex. 35:14.

Dicho óleo fue usado para la iluminación por diversas culturas, igualmente el Espíritu ilumina por su Palabra las vidas de millones de creyentes en todo el mundo.

Consideraremos algunas aplicaciones:

El aceite es usado en las comidas para complementar su sabor y valor nutritivo, asimismo el cristiano se fortalece y nutre con la presencia del Espíritu en su vida.

El aceite es usado además para ungir o limpiar las heridas, bueno el Espíritu es salud y vida tanto espiritual como física al cristiano. Heb. 8:9.

El aceite fresco es oloroso y fragante, mas al pasar el tiempo se va descomponiendo, y aun más se desvanece. Realidad que nos ilustra la constante necesidad de renovarse en el Espíritu Santo y ser lleno de él diariamente, para no decaer en la vida espiritual.

El Fuego: El fuego, fue usado durante siglos en la presentación de holocaustos y ofrendas a Dios. Gn. 8:20-21, en ocasiones el fuego de Jehová caía consumiendo el holocausto completamente Lev. 9:24; 2 Cr. 7:1. Vemos en el pasaje del libro de los Reyes en que el profeta Elías enfrenta valientemente a la multitud de profetas de Baal, en un reto en que el verdadero Dios debía hacer descender fuego del cielo y consumir el holocausto. Tras la breve oración de Elías Jehová respondió haciendo llover fuego sobre el holocausto en testimonio de su divinidad, poder y juicio sobre los idólatras y apóstatas. Consumiendo el animal, la leña, las piedras, el polvo, y aun el agua que había en la zanja, 1 Reyes 18.

Comúnmente el fuego simboliza la presencia del Señor que purifica, libera o consume Ex. 14:19-24; Núm. 11:1-3; Ex- 3:2; 19:18. Además la Biblia lo presenta como un símbolo del Espíritu Santo: “... Y se les aparecieron lenguas repartidas como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos” Hechos 2:3. Así como el fuego tiene la capacidad de calentar líquidos o quemar totalmente elementos sólidos, igualmente la presencia del Espíritu de Dios consume el pecado, purificando y liberando a la persona de las escorias espirituales.

El Viento: El viento simboliza las operaciones misteriosas del Espíritu Santo y su labor regeneradora. En el libro de los Hechos, en el capítulo segundo se nos indica que repentinamente vino del cielo un estruendo como de un “viento recio” que soplaba, llenando la habitación en la cual estaban los 120 discípulos reunidos; en ese momento el invisible y poderoso toque del Espíritu divino los bautizó, y comenzaron a glorificar y testificar las maravillas de Dios, Hechos 2:1-13.

“No resulta difícil relacionar este tremendo ventarrón con el Espíritu, pues el Antiguo Testamento abunda en ejemplos de este simbolismo. La raíz gramatical para los vocablos viento y espíritu, tanto en el hebreo (Antiguo Testamento) y griego (Nuevo Testamento:) es la misma.”

Jesucristo comparó la acción del viento, con el Espíritu, diciendo: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” . Juan 3:8.

El Agua: Jesucristo simbolizó al Espíritu relacionándolo con el agua y con fuente de agua viva “Mas el que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él fuente de agua que salte para vida eterna”. Juan 4:14.


El agua viene al individuo por creer en Cristo “... el que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, por que Jesús aún no había sido glorificado.” Juan 7:38-39. Al igual que el agua, el Espíritu lava y purifica, inunda y produce vida, bautiza y renueva.

El Sello: Simboliza propiedad o dominio divino sobre sus hijos. También su seguridad protectora “... En él también nosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de nuestra salvación, y habiendo creído en él fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.” Ef. 1:13. La presencia del Espíritu divino en nuestras vidas en una garantía de que somos salvos y que además somos propiedad legítima de Dios. Si él está en nosotros podemos vivir seguros y confiados, descansar en Dios, ya que no hay ninguna fuerza adversa que nos pueda arrebatar de sus poderosas manos.

Las Arras: Arras o “anticipo” de la herencia divina alcanzada en la redención de hombre en Cristo “... que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria” Ef. 1:14.

El Espíritu Santo manifiesta en nuestras vidas el gozo, la santidad y la gloria, que los creyentes recibiremos plenamente en la vida eterna, nos anticipa una muestra de las ricas bendiciones que conciernen servir a un Dios bondadoso.

Nos dice la palabra de Dios que para los que han creído en él están preparados gloriosos dones tales como las bodas del cordero “... y el ángel me dijo: Escribe Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del cordero” Ap. 19:19a. Además en la segunda venida, Cristo descenderá con sus santos y reinará en la tierra por mil años. Ap. 14; 20:4 Ap. 19:19a. Además en la segunda venida, Cristo descenderá con sus santos, y reinará en la tierra por mil años. Ap. 14:20